Son cláusulas escondidas, camufladas o escritas en letra tan pequeña que pasan desapercibidas cuando vamos a firmar contratos con entidades financieras o grandes empresas.

Normalmente la explicación y detalle de este tipo de cláusulas de contratos de productos financieros, suministros, etc. se evita “a toda costa” por parte de los comerciales, para “no levantar la liebre”, favoreciendo a la empresa que las ha redactado y generando una situación desfavorable para el consumidor. Son cláusulas impuestas en contratos que se llaman de “adhesión” porque o los tomas o los dejas (en bloque).

Las cláusulas abusivas incluyen: las puramente abusivas (generan perjuicios para la parte más débil), las que faltan a la transparencia (porque están camufladas o escondidas para que el cliente no entienda las consecuencias), las inesperadas (porque no deberían estar incluidas en cada tipo de contrato), las contrarias al equilibrio de prestaciones (porque dan más derechos a la parte fuerte y más obligaciones a la débil), las contrarias a la buena fe contractual (porque aprovechan que una de las partes no tiene conocimientos de la materia) y las desproporcionadas en cuanto a sus consecuencias jurídicas-económicas (porque perjudican a la parte más débil).